“El secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en la lucha contra lo viejo, sino en la construcción de lo nuevo” - Sócrates
En los últimos días el principal tema es la crisis de salud, una pandemia que cuyas medidas de prevención de contagio han generado un efecto dominó entre negocios y población: al bajar el consumo, disminuyen los ingresos de las empresas y estas a su vez, se ven obligadas a disminuir sus gastos, lo que genera también desempleo e inseguridad.
Ante este tipo de situaciones, generalmente nos sentimos en crisis, ansiosos y estresados, probablemente pudiéramos pensar: “Sólo quiero estar bien”, pero ¿qué significa estar bien?
El término “bienestar” generalmente se asocia con buena alimentación, con mantener una vida físicamente activa, con prácticas que favorecen la autoestima y seguridad mental o espiritual, pero pocas veces se asocia a finanzas; Sin embargo, considero que:
LAS FINANZAS SANAS Y EQUILIBRADAS SON LA HERRAMIENTA PRINCIPAL DE LA SEGURIDAD Y EL CRECIMIENTO.
Si existe incertidumbre en la generación de ingresos y por el otro lado tenemos gastos fijos por cubrir, esta situación seguramente nos generara ansiedad y estrés; Pero si ante esta situación, hacemos un alto y analizamos nuestras fortalezas y oportunidades, entonces podremos encontrar el equilibrio y en consecuencia generar estabilidad en nuestras finanzas. Por lo tanto, ante un entorno económico con muchos retos por delante, considero indispensable poner en práctica estas acciones:
1. Hacer nuestro presupuesto, esto nos permitirá estar conscientes de nuestra situación financiera real, identificando a detalle:
c. Bienes (ya sean inmuebles o no) y derechos (cuentas por cobrar), así como, d. Deudas (sean de sector financiero o a terceros).
2. Clasificar y priorizar las salidas de dinero, identificar los gastos indispensables, los no indispensables, el ahorro, las inversiones. Con este ejercicio, se podrá identificar qué son necesidades básicas y qué tipo de conceptos son innecesarios por el momento.
3. Identificar nuestras fortalezas y los recursos productivos que se tienen, es decir, “poner a trabajar” los recursos con los que se cuenta.
4. En caso de tener deudas, vale la pena analizar los elementos de cada una y optimizar los recursos al menor costo posible.
5. Generalmente no se considera como prioridad la creación de un “fondo de emergencia”, sin embargo, si está dentro de las posibilidades, vale mucho la pena recortar en algún otro concepto no indispensable e ir creando este “fondo de emergencia” que mucho puede servir para un futuro incierto.
6. Los puntos anteriores, son respecto al entorno interno, sin embargo, en el entorno externo, siempre existen oportunidades, dependiendo de cada situación, hay que identificar las oportunidades que existen y explotarlas.
En conclusión, ante la situación económica actual y el futuro incierto, no es importante cómo llegamos hasta aquí, no se trata de buscar culpables. Les invito a hacer un alto, analizar nuestra situación económica en lo individual o familiar y enfocar toda nuestra energía en diseñar y construir nuestro futuro.
Es indispensable establecer un objetivo, trazar la dirección, establecer un plan con metas reales a corto y mediano plazo, definiendo qué herramientas vamos a utilizar para alcanzar las metas.
Esta es la manera en la que considero que podremos salir adelante, con finanzas sanas y equilibradas, que nos permitirán tener seguridad y poco a poco recuperar el crecimiento. Teniendo un impacto positivo en nuestro nivel de estrés de manera inmediata. Porque el bienestar, también es financiero.